RECUERDOS…

¿Habéis visto la imagen de Sara Carbonero y su bebe Martin? Me encanta, se ve tan tierna y  desprende tanta paz y amor… Me recuerda al nacimiento de mi princesa, aunque se hizo de rogar, ya que estuve 26 horas, pero recuerdo nuestra primera foto juntas, esa que el papa nos sacó a las dos en la cama yo mirándola y ella tomando el pecho (o eso intentaba la pobre), nunca pensé que la maternidad me cambiara tanto la vida, si, sé que los niños te cambian todo, pero nunca pensé que era para muchísimo mejor. Mi pequeña me ha enseñado a tener mucha más paciencia de la que ya tenía, porque ahora estamos en una edad que es para tener paciencia :), me ha enseñado que se puede querer más de lo que pensaba que se podía querer, también que su amor es incondicional, que aunque la regañes por algo en cuanto abras los brazos ella va a echar a correr hacia a ti.

Mi mundo antes de que llegara ella estaba patas abajo, viajábamos mucho por trabajo (y por placer claro está),  toda mi casa siempre ordenada al 100%, la tele reluciente…En fin, era toda tranquilidad y orden, pero cuando me entere de que iba a ser mama creo que algo en mi cambio. Mi madre siempre dice que cuando nacen los hijos empiezan las preocupaciones por ellos, yo creo que se equivoca, mi preocupación empezó el día que me entere que estaba embarazada, el que si todo irá bien, que si tendrá todo correcto, sus veinte deditos, todas esas cosas y las más importarte, ¿tendré un parto correcto y sin complicaciones? Cuando llego el día, aunque fue un parto largo eso sí, y la tuve en mis brazos supe lo que una amiga me dijo en su momento y que ya había sido ella mama; “El parto es la única cita a ciegas, en la que puedes estar segura de que conocerás el amor de tu vida”. Sé que esta frase corre ahora por las redes sociales, pero os aseguro que yo la escuche por primera vez hace dos años y medio y sí, sí que conocí al amor de mi vida, mi princesa, esa que ahora ha puesto mi mundo patas arriba y yo me alegro, la que me ha enseñado que no es solo trabajar y recoger la casa, que hay más, que mis viajes por trabajo y por placer signifiquen mucho más ahora ya que los disfruto todos con ella.

Ahora que es un trasto y no para quieta, la casa siempre está hecho un lio de juguetes por todos lados y os aseguro que me encanta, me encanta cuando me siento con papa en el mundo en el sillón por la noche  y me clavo un juguete en la espalda porque lo ha dejado ahí tirado, o cómo me llama por las noches en sueños, pero sobre todo cuando me mira y me acaricia la cara mientras me dice que me quiere hasta el infinito y más allá. Desde aquí quiero decirle a mi princesa que TE AMO Y TE QUIERO yo también hasta el infinito y más allá y aunque estas creciendo muy deprisa para mí siempre serás mi bebe.

Os dejo con la foto de Sara Carbonero y su bebe Martin.